A un nivel subconsciente, nuestro entorno construido tiene un efecto mucho más fuerte en nuestra autoestima de lo que creemos.
Al crecer en espacios que nos desconectan de nuestro entorno natural, aprendemos a sentir una desconexión de nuestro propio ser interior.
Y, así como las personas que nos rodean nos dan retroalimentación sobre quiénes somos, también lo hace nuestro entorno físico.
Si merecemos tener personas afectuosas, amorosas y que nos apoyen, a nuestro alrededor, también merecemos un ambiente cálido, acogedor y inspirador.
.
CanyaViva continúa desarrollando formas en las que la caña y el bambú se pueden utilizar para crear estructuras orgánicas de alto valor estético,
espacios armoniosos y fluidos que nos permiten soltar nuestro ego, despertar nuestros sentidos y conectarnos con algo mucho más grande que nosotros mismos.
Trabajando mano a mano con la belleza de materiales naturales, devolvemos valor a nuestro lugar de origen y, de manera inherente, nos devolvemos valor a nosotros mismos.